domingo, febrero 14, 2010

21º CONFERENCIA: DESARROLLO LIBIDINAL Y ORGANIZACIONES SEXUALES (1916 – 17)

Domingo, febrero 14, 2010


“la sexualidad perversa y la normal han nacido de lo infantil” Sigmund Freud. Vol. XVI. Amorrortu, según esta frase podría decir que las relaciones que se dan en la infancia hasta la etapa edípica son las que determinan las relaciones posteriores en la vida de los seres humanos.

Es claro que en la infancia se da satisfacción, que es tomada inicialmente por medio de la madre; que es quien interpreta como señales los signos que emite el niño y es aquí donde se toma un primer objeto: el pecho materno; siendo este el que le satisface la necesidad de hambre al lactante, por lo tanto los seres humanos desde niños estamos rodeados de deseos y satisfacciones que se consiguen sin ser necesariamente actos perversos.

Pero lo que hay que mirar de una manera mas profunda, es hasta qué punto está permitido que el niño se convierta en el ideal de la madre, como dice Lacant: “el deseo del niño, es el deseo de la madre”. Relacionando esto con la siguiente frase: “La madre cuida de todas las necesidades del niño y por eso este tiene interés en que ella no haga caso de ninguna otra persona.” Sigmund Freud. Vol. XVI. Amorrortu, es desde allí que el niño adquiere total seguridad creando un vínculo erótico con la madre.

Pero se necesita y sería lo ideal que se lograse una separación, individuación de los deseos libidinosos, que le permita al niño convertirse en parte de la sociedad. Consiguiendo un sentido de identidad; por medio del cual elija un objeto distinto.


GLOSARIO

Compelieran: Obligar a uno a que haga lo que no quiere mediante fuerza o intimidación.

Colegir: Inferir, deducir.

Laxa: que no tiene la tensión que naturalmente debe tener. 
  • Forzar a alguien mediante medicamentos o mediante ciertos alimentos a la expulsión de los excrementos.

Ulterior: se refiere a que se encuentra en la parte de allá de un sitio o territorio, es decir, que esta después de algo.

Desasir: desprenderse, desligarse de algo que hemos tomado o que tenemos aferrado.

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