miércoles, abril 28, 2010

EL NIÑO: ENTRE LA MUJER, LA MADRE… ¡Y LA ESCUELA! LA INVENCION SUBJETIVA

Miércoles, Abril 28, 2010

El leer este documento me parece muy acertado cuando Freud destaca que a los seres humanos se nos presentan factores que nos impiden de alguna manera conseguir la Felicidad los cuales son: su propio cuerpo, el mundo externo y sus relaciones con los otros.

Partiendo de esto podemos identificar como los niños muestran una apatía causada por la incomodidad en las relaciones sociales.

Freud define que el niño: no es nada, es un sustituto y es primero en el campo del otro, con mayúscula.

Es por ello que el niño necesita ser nombrado por el otro para vivir; ya que es el otro quien satisface la pulsión y que además para lograr su aprendizaje requiere de la necesidad que tiene ese otro.

Hay dos momentos del circuito de demanda: el primero es cuando la madre no desea soltar al bebé, se lo apropia (es tomado como el falo); y por el contrario en el segundo se presenta una oscilación en la cual la madre no es satisfecha por el bebé y necesita de algo más, a partir de allí la madre comienza a desear otras cosas y su hijo deja de ser el objeto sorprendente y se convierte en un sujeto.

El niño inicia un juego de presencia – ausencia que le permite darse cuenta de que ese otro, no sabe todo de él; lo que le va a permitir continuar creciendo y aprendiendo.

 
GLOSARIO

 
Advenir: Venir o llegar un tiempo determinado o un acontecimiento importante.

Oscilación: Movimiento alternativo de un lado para otro de un cuerpo que está en un solo punto.

Enigma: complicado de entender; que encierra un enigma.

Simbiosis: Cualquier asociación en la que sus miembros se benefician unos de otros.

Obturar: Tapar o cerrar una abertura o conducto introduciendo o aplicando un cuerpo.

Vasto: Amplio, extenso o muy grande.

jueves, abril 01, 2010

“EL ESTADIO DEL ESPEJO COMO FORMADOR DE LA FUNCION DEL YO (JE) TAL COMO SE NOS REVELA EN LA EXPERIENCIA PSICOANALITICA” de J. Lacan. Revista FUNLAM 2007

Jueves, abril 01, 2010

El estadio del espejo hace referencia a un momento psíquico y ontológico de la evolución humana, que logra darse entre los seis y dieciocho primeros meses de vida.

Es a partir de esta imagen de reconocimiento que realiza el niño, que se da un desarrollo mental, pues es por esta vía que el sujeto llega al conocimiento de sí mismo, además crea una relación libidinal con la imagen de su propio cuerpo.

Es necesario comprender que el estadio del espejo es una identificación definida como “la transformación producida en el sujeto cuando asume una imagen, cuya predestinación a este efecto de fase está suficientemente indicada por el uso, en la teoría, del término antiguo imago”.

Esta forma por lo demás debería más bien designarse como yo-ideal, si quisiéramos hacerla entrar en un registro conocido, en el sentido de que será también la base de las identificaciones secundarias, las cuales tienen como función la “normalización libidinal”. De igual manera, el paso, de esta imagen propia de la forma solitaria a la forma gregaria se obtiene exponiendo al individuo, en cierto estadio, a la acción exclusivamente visual de una imagen similar, con tal de que esté animada de movimientos de un estilo suficientemente cercano al de los que son propios de su especie. Y estas reflexiones nos incitan a reconocer en la captación espacial que manifiesta el estadio del espejo el efecto en el hombre que permanece incluso a ese raciocinio, de una carencia orgánica de su realidad.

La función del estadio del espejo se nos revela entonces como un caso particular de la función de la imago, que es establecer, una relación del organismo con su realidad o, como se ha dicho, Innenwelt con el Umwelt.

El estadio del espejo es un drama cuyo decisión interna se lanza de la falta a la anticipación; y que para el sujeto, forja las fantasías que le sucederán desde una imagen separada del cuerpo hasta una forma que llamaremos ortopédica de su totalidad.

Este momento en que termina el estadio del espejo, comienza por la identificación con la imagen del semejante y el drama de los celos principales, la dialéctica que desde entonces liga al yo [je] con situaciones socialmente fabricadas.